Cruzando el Sáhara mauritano en el Tren del Hierro

Por Joan Torres 20 Comentarios Actualizado a noviembre 20, 2024

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Yo tenía claro que lo que quería era montarme en uno de los primeros vagones, pero comentaban que allí era dónde se pararía la cola del tren.

El problema sin embargo, era que se trataba de un tren de 2,5km de longitud con parada en medio del desierto, en un lugar particularmente inhóspito sin señalización alguna, y lo de caminar sin rumbo con mi mochila, más los varios litros de agua necesarios para las 20 horas que me esperaban de viaje por el desierto, aunque factible, no me apetecía demasiado.

Por suerte, un buen hombre decidió llevarme en su 4×4 hasta donde supuestamente sería el lugar exacto en se pararía la locomotora, un paraje todavía más inhóspito que el anterior, donde no había absolutamente nada salvo arena, las vías del tren, y algún que otro vagón medio oxidado.

Era la 1 del mediodía, y decían que el tren podía aparecer en cualquier momento entre las 11 de la mañana y las 7 de la tarde, o sea, que tocaba esperarse con cierta incertidumbre, pero no pasaron más de dos horas cuando de pronto, pude apreciar el ruido de una locomotora aproximándose seguida de un sinfín de vagones.

La locomotora se detuvo casi en frente de mí.

A lo lejos, unos 15 vagones más allá, fui capaz de divisar a un mauritano subiendo decenas de cabras, y un poquito más allá, a otro que parecía estar cargando más de treinta maletas, como si hubiese decidido hacer la mudanza montado en aquella máquina.

Con mi cara cubierta por un turbante color azul cielo y unas gafas de esquí, me decidí a trepar por la escalera del vagón, no sin estar un poco nervioso, por supuesto, y es que me tocaba recorrer casi 700km del Sáhara montado en un vagón lleno de mineral de hierro tóxico, completamente solo.

Para información sobre el país, no te olvides de leer mi guía de viaje a Mauritania

Operando desde 1963, el Tren del Hierro, o como ellos lo llaman, el Train du Desert, es un tren que conecta las minas de hierro del pueblo de Zuérate, situadas en lo más profundo del Sáhara, con el puerto de Nuadibú, situado en la costa Atlántica.

El objetivo del tren es transportar miles de toneladas de mineral de hierro repartidas en un total de más de 200 vagones, convirtiéndolo pues en el tren más largo y pesado del mundo, con una longitud de 2,5km, aunque dicen que dependiendo de la carga puede llegar hasta los 3km.

La exportación del mineral se ha convertido en uno de los pilares básicos del PIB de la empobrecida Mauritania, y su viaje en tren es una de las partes fundamentales del proceso.

El recorrido total es de 704km a través de los parajes desérticos más insólitos, únicamente perturbados por el ocasional campamento de beduinos quienes por conveniencia, decidieron asentarse cerca de las vías del tren; y que en parte también transcurre por el territorio o país no reconocido del Sáhara Occidental.

Por otra parte, el viaje hasta Nuadibú te ahorra más de 500km del viaje por carretera que inevitablemente pasa por Nuakchot, razón por la que son muchos los mauritanos quienes deciden emprender el viaje, ya sea en el vagón de pasajeros, o montados encima del mineral de hierro.

Y he aquí una de las razones por las que quería viajar a Mauritania:

Cruzarme los 700km de Sáhara montado en una pila de mineral de hierro.

Una aventura un tanto rara, ligeramente masoquista, pero que se ha convertido en una de mis más mejores experiencias, y la aventura definitiva que todo viajero intrépido deber de vivir una vez en su vida.

Porque de éso de trata, de vivirlo una vez en la vida, no más.

Lo que esta aventura tiene de espectacular, lo tiene también de afanosa, y es que mientras que todo lo que llegas a ver durante las horas de luz es una bendición para los ojos, la noche se vuelve fría, dura, y agotadora.

Pero te garantizo que a pesar de estarme 20 horas sin dormir, sin apenas comer, y terminar completamente negro de suciedad, yo me bajé del tren con una amplia sonrisa de oreja a oreja.

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Cuando llegué de Mauritania, muchos estaban sorprendidos no del viaje en tren en sí, sino de cómo podía haberme enterado de la existencia de tal atracción turística.

La verdad es que no lo recuerdo, supongo que lo vi en algún documental hace ya tiempo, pero la cuestión es que se trataba del principal motivo por el que quería ir a Mauritania.

Mi experiencia con el tren empezó a mi llegada a Zuérate, en un hotel que había encontrado por casualidad llamado Tiris y cuyo dueño hablaba perfecto español.

Mis hijas llevan muchos años viviendo en Barcelona y yo voy allí muy a menudo – Me decía.

Estuvimos conversando un buen rato, y el tío no terminaba de comprender qué motivo me llevaba a querer subirme ahí con todo el polvo, si supuestamente tenía dinero como para permitirme los 15€ que costaba montarse en el vagón de pasajeros. No le cabía en la cabeza, y hasta me intentó convencer de que no lo hiciera.

De todos modos, aquel señor me ayudó muchísimo. De hecho, conocía al director de la empresa ferroviaria el cual, fíjate tú, también hablaba español, y fue él quien me llevó personalmente en su coche hasta la estación, situada a más de 20km de Zuérate, no sin antes desayunar en un restaurante cuyo dueño, mira tú por donde, había vivido durante más de 20 años en las Islas Canarias.

A la llegada a la estación, lo único que había era el vagón de pasajeros allí suelto, y un par de locomotoras.

El vagón estaba ya lleno, algo que no terminaba de entender, y es que faltaban varias horas para que saliese y allí dentro se respiraba un aire infernal. Todos me decían que a qué esperaba para subirme.

No, no, yo quiero montarme encima de los vagones.

Unos maquinistas me invitaron a entrar en una de las locomotoras, donde me mostraron toda la maquinaria a la vez que preparaban un poco de té mauritano. De hecho, fueron ellos los que me dijeron que, si quería subirme al principio del tren, tenía que ir más de 2km hacia delante, y fueron lo suficientemente amables como para llevarme en coche.

A partir de ahí estuve totalmente solo, solo en medio de la nada hasta que finalmente llegó el Train du Desert, 200 vagones arrastrados por una locomotora EMD diésel-eléctrica en cuyo lateral se podían leer en árabe las siglas SNIM (Société Nationale Industrielle et Minière).

Como había dicho en la introducción, en aquel momento estaba francamente nervioso, más que nada porque tocaba recorrerme los 700km de recorrido sin compañía de nadie, pero no tuve ni que pensármelo dos veces cuando lancé mi equipaje envuelto en bolsas de plástico dentro del vagón y me dispuse a subir por la escalera metálica.

Poquito a poco, el tren empezó a coger velocidad hasta alcanzar una media de 35km por hora, y a partir de ahí, no puedo contar nada más que maravillas.

Desde lo más alto del tren, poder divisar las inmensidades del Sáhara hasta más allá del horizonte mientras saludas a los beduinos, y ver como se va poniendo el sol, fue una experiencia inigualable, y se me pone la piel de gallina de solo pensarlo.

Por la noche, sin embargo, es otro rollo. No ves nada salvo el cielo estrellado y bueno, no te voy a mentir, la noche se hace larga, pero bueno, menos de lo que pensaba y al fin y al cabo, la experiencia lo compensa.

El itinerario es Zuérate – Choum – Nuadibú

Zuérate – Zuérate es el punto de partida inicial, un pueblo minero situado al noreste de Mauritania, a unos 700km de la costa, y donde se encuentran las minas de hierro.

Después de viajar por Mauritania y visitar lugares tales como Terjit, Chingueti o Atar, Zuérate se percibe como un pueblo sorprendentemente moderno – de acuerdo a los estándares mauritanos – y es que a pesar de ser tan remoto, Zuérate es hogar de la industria más importante y relevante para la economía Mauritania.

Choum – Una pequeña aldea situada entre Atar y Zuérate, y en donde el tren hace una pequeña parada de 10 minutos.

Nuadibú – La segunda ciudad de Mauritania y la capital económica del país es el destino final del tren y en donde se descarga el mineral de hierro para posteriormente cargarlo a los barcos de mercancías.

Recuerda leer mi ruta de 2 semanas por Mauritania

Sí, claro que se puede, pero no te lo aconsejo por dos razones:

• Primera, porque de vuelta a Zuérate, los vagones van vacíos, sin el mineral de hierro, con lo que pierde la mitad de la gracia.
• Y segundo porque lo que mola de llegar a Nuadibú es que es una ciudad con todas las comodidades, con buenos hoteles donde pegarte una buena ducha y dormir en una buena cama, a parte de tener todo tipo de restaurantes. Por otra parte, en Choum y Zuérate, a menudo cuesta hasta encontrar un albergue u hotel que tenga agua caliente.

La mayoría de viajeros empiezan el viaje desde Choum, por la simple razón de que está mucho más cerca y el itinerario se hace más corto.

Sin embargo, yo te aconsejo empezarlo desde Zuérate y hacerlo todo enterito, por los siguientes motivos:

1. Primeramente porque es mucho más épico, y ya que te has pegado un viajazo a Mauritania, y probablemente jamás vuelvas a subirte de nuevo en el tren, pues oye, mejor hazlo todo del tirón.
2. Se ve que en 1 de cada 20 veces, el tren no para en Choum, sino que pasa de largo, yendo directo a Nuadibú. Desconozco las razones, pero esto es Mauritania, y no tienes por qué buscarle la lógica.
3. El trayecto de Choum a Nuadibú es de 12 horas y dependiendo de a qué hora salga de Zuérate, puede que te toque hacer el viaje entero a oscuras. Por ejemplo, en mi caso, mi tren salió de Zuérate sobre las 15h, y llegamos a Choum sobre las 19h, cuando ya era oscuro. A Nuadibú llegamos a las 7:30h, justo cuando se estaba haciendo de día, o sea, que si aquel día lo hubieses cogido en Choum, no te hubiesen tocado más que 10 minutos de luz solar.

Si estás en Nuakchot lo primero que debes hacer es coger un autobús o taxi compartido hasta Atar, la capital de la región de Adrar, y la base desde donde visitar lugares como Terjit, Chingueti o Uadane.

Desde Atar, puedes coger un autobús directo a Zuérate (4 horas), el cual pasa por Choum.

Como centro industrial del país, el nivel de seguridad en Zuérate es ligeramente más estricto que en otros lugares del país y a tu llegada, cuando pases el control militar/policial, conviene tener a mano los datos de tu hotel (dirección y teléfono).

De lo contrario, a mí me hicieron bajar del autobús, haciéndome perder bastante el tiempo.

Obviamente, recuerda de tener a mano tu fiche (mira el apartado de seguridad de mi guía de viaje a Mauritania para más información).

Subirse a los vagones es gratis, totalmente gratis.

No existe control alguno. El tren llega, saltas y ya.

Sin embargo, entre los 2,5km de vagones cargados de mineral de hierro, existe un vagón de pasajeros, el cual tiende siempre a ser el último de todos.

Para subirse al vagón de pasajeros sí hay que pagar, pero no más de 10 o 15€.

En el hipotético caso de que no te apetezca realizar un viaje tan extremo, existe la opción de viajar dentro del vagón de pasajeros, aunque los viajeros intrépidos te dirán que con ello te pierdes gran parte de la aventura.

Yo no termino de estar de acuerdo. Sin bien es verdad que montarte con todo el hierro es una experiencia inigualable, cada persona es un mundo con diferentes objetivos y ambiciones en la vida, y dependiendo de tus preferencias, no todo el mundo tiene ganas de pasarse 20 horas montado encima una pila de hierro en polvo tóxico, sin contar con que es una aventura por la que hay que estar logísticamente preparado, con toda la ropa y material adecuados, y son pocos los que viajan con todo este equipamiento.

Además, el vagón de pasajeros estará lleno de mauritanos curiosos con quienes podrás interactuar, tomar té, etc., aunque recuerda que según dicen, dicho vagón está siempre a abarrotar de gente, sin apenas lugar para sentarse, así que tampoco te esperes el viaje más cómodo de tu vida.

Por otro lado, para los viajeros indecisos, una alternativa ideal sería hacer el recorrido de Zuérate a Choum montado encima del hierro, y una vez en Choum, bajarse al vagón de pasajeros.

El tren del mineral de hierro sale todos los días del año, sin excepción alguna.

La hora de salida oficial desde Zuérate son las 11 de la mañana, aunque según me dijeron, jamás en la vida ha salido antes de las 12-12:30h, y extraoficialmente, te dirán que puede salir en cualquier momento entre las 12h y las 18h, aunque puede que se retrase todavía más. El mío salió a las 15h.

Lo que yo te recomiendo es ir a la oficina del ferrocarril (situada aquí) y preguntar por el horario de salida aproximado de aquel día en particular. De dichas oficinas también salen los taxis compartidos hasta la estación. Te aconsejo estar allí sobre las 11h.

De Zuérate a Choum son 4 horas, aproximadamente, con lo que el tren puede salir en cualquier momento entre las 15h y las 22h, pero insisto, puede que llegue con todavía más horas de retraso.

Esto es Mauritania, y hay que tener mucha paciencia.

El tren sale desde las minas de Zuérate pero los pasajeros se suben cerca de una pequeña aldea llamada Fderik, a 24km de Zuérate en dirección a Choum.

Aquí tienes la ubicación de ambas estaciones, Fderik y Choum.

Suponiendo que no haya avería alguna, es un viaje de 18-20 horas, desde Zuérate.

La ventaja de subirte al principio del tren es que no tendrás que comerte el polvo proveniente de los 2,5km de vagones por culpa del viento.

A parte de eso, creo que es bastante indiferente, pero lo que no te aconsejo es subirte en medio, ya que no serás capaz de apreciar la longitud del tren.

Yo me subí en el 4º o 5º vagón.

Consejo de Pro – Súbete en aquel vagón en el que haya una pila de hierro que sea lo suficientemente alta como para poder aver todo el tren.

El tren se para a unos kilómetros a las afueras de Nuadibú, en medio de la nada, donde habrá varios taxis esperando recoger pasajeros para llevarlos al centro de Nuadibú.

Nuadibú tiene mogollón de oferta de alojamiento, y yo me quedé en el Hotel Esma. Es un hotel moderno que costaba 50€ la noche.

Peligros potenciales:

• Morir de congelación
• Caerte del vagón
• Graves problemas pulmonares por respirar el polvo
• Deshidratación

Es broma 😉

Mientras traigas ropa de abrigo, suficiente agua, la cara bien tapada y no intentes hacer insensatos equilibrios al borde del vagón, no tiene porque ser peligroso, sino todo lo contrario.

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Yo lo hice totalmente solo, del tirón.

Sinceramente, al principio me hubiese gustado subirme con algún otro viajero, pero al final no resultó ser un problema.

Existe también la posibilidad de subirte con mauritanos, pero en Zuérate, los pocos locales que vi subiéndose estaban tirando más hacia el medio, y yo quería ir al principio.

Cada época presenta sus ventajas e inconvenientes.

Invierno – Durante el día, el viaje se hace particularmente placentero, pero por la noche hace un frío que pela. Hay que ir bien abrigado.

Verano – El viaje en pleno sol de Zuérate a Choum puede hacerse bastante duro. La noche sin embargo, no es tan fría.

Yo lo hice en el mes de febrero. De Zuérate a Choum estuvo genial, y por la noche, con un chaqueta y un buen saco de dormir, no pasé nada de frío.

Es difícil, más que nada porque nada más subirte, se te pondrán las manos negras, así que conviene traer alimentos que te los puedas comer sin tocarlos, ya sea plátanos o un sandwich envuelto en papel de plata, por ejemplo.

Yo me traje un bocata y me lo comí durante los 10 minutos que estuvimos parados en Choum. Antes de subirme, había desayunado muy bien.

El mineral de hierro es blandito, con una textura similar a la de la arena. Cuando se hizo de noche y llegamos a Choum, puse mi saco de dormir en una esquina del vagón y la verdad que estuve a gusto.

Vamos a ver, dormir dormí bien poco, pero allí acurrucado me sentía cómodo. El hierro se te moldea bien al cuerpo.

He aquí una lista de lo esencial:

• Mascarillas quirúrgicas para no respirar el polvo. Yo llevaba puestas 2
• Un pañuelo que te cubra la cabeza entera, tanto para el sol como para protegerte todavía más del polvo
• Gafas de esquiar, o cualquier tipo de gafas que te cubran bien los ojos
• Saco de dormir de invierno
• Ropa de abrigo
• Bolsas de basura para envolver tus mochilas. El polvo se mete por todas partes
• Plástico para proteger tus lentes, cámaras, etc.
• Varios litros de agua, más de los que te puedas beber
• Comida que se pueda comer sin tocarla
• Linterna

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