Qué ver en Minsk en 3 días

Por Joan Torres 9 Comentarios Actualizado a mayo 8, 2024

Minsk es la capital de Bielorrusia, un país que, a pesar de sus grandes dimensiones y de pertenecer a Europa, tendemos a olvidar.

Siempre me pregunté por qué la gente en general no está interesada en viajar a Minsk, y la conclusión a la que llegué es que la gran mayoría lo ven como una mera extensión de su hermana Rusia, sin mucho qué ver y con poco interés.

La verdad es que la capital de Bielorrusia se percibe como un lugar distante y raro que visitar, pero debido a que siento cierta atracción hacia los lugares poco visitados, me moría de ganas de emprender este viaje.

Viajé a Minsk en avión desde Odesa, después de pasarme casi dos meses viajando por Moldavia y Ucrania, y lo que imaginaba encontrarme era una ciudad muy soviética, llena de hormigón, vamos, que un concepto muy similar al de Dnipro o Kharkiv, pero un poquito más decadente.

Tenía razón en una cosa:

Minsk es una ciudad ultra-soviética, quizás la más soviética que queda sobre la faz de la tierra.

Sin embargo, estaba totalmente equivocado en pensar que Minsk era un lugar decadente porque a pesar de este ultra-sovietismo, Minsk es una capital majestuosa que fue precisamente construida con el fin de mostrar a occidente que la Unión Soviética era una superpotencia.

De hecho, esta solía ser una de las ciudades más impresionantes de toda la URSS y a día de hoy, visitar Minsk es un viaje lleno de sorpresas, que pueden satisfacer tanto al viajero intrépido que busca lugares poco convencionales, como al que le interesa la historia contemporánea y visitar una ciudad del este de Europa.

Esta guía contiene todo lo que necesitas saber para viajar Minsk, incluyendo consejos sobre transporte y alojamiento, cosas qué ver en Minsk, las mejores excursiones y una mención especial a los lugares menos turísticos que visitar en la ciudad.

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Minsk es una ciudad histórica, aunque al mismo tiempo, es relativamente nueva.

Y por nueva, me refiero a que fue totalmente reconstruida después de que los nazis la destruyeran durante la segunda guerra mundial.

Después de la guerra, Stalin tuvo algo en mente, y es que quería convertir Minsk en una ciudad monumental, gloriosa y grandiosa, con el fin de convencer al mundo de que la Unión Soviética era grande, y el resultado fue una ciudad totalmente imponente, compuesta de avenidas señoriales y arquitectura clásica de locura.

Este es el mejor ejemplo de planificación urbanística soviética de después de la guerra y, para poder entenderlo, tendrás que verlo con tus propios ojos.

El centro de Minsk está hecho de edificios estalinistas elegantísimos, como nunca jamás te habrías imaginado, pero lo que realmente sorprende es la paz, tranquilidad y limpieza que reina por toda la ciudad, sea cual sea la hora del día.

Me pareció un lugar mucho más desarrollado y moderno que Kiev, como mínimo en apariencia. 

No obstante, lo que resulta increíble es que Minsk es una ciudad que ha conseguido encontrar un balance entre, por una parte, parecer una ciudad moderna del siglo XXI, y por otra, rendirle culto y nostalgia al comunismo y a la Unión Soviética, y es que el martillo, la hoz, el rostro de Lenin y la estrella roja están presentes en cada rincón de la ciudad. 

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Bielorrusia solía ser un tanto exclusivo pero finalmente, el gobierno ha decidido ponernos las cosas un poco más fáciles, así que viajar a Minsk es más sencillo que nunca.

Muchas nacionalidades hispano-hablantes pueden conseguir un visado gratis a la llegada válido para 30 días. Aquí puedes ver la lista actualizada de países.

• Demostrar que dispones de los fondos suficientes y normalmente, te requieren lo que se denomina como 2 cantidades base al día – un concepto soviético – que vendría a ser 51BYR, unos 22€.
• Seguro de viaje con una cobertura mínima de 10.000€.

A veces te lo piden, y a veces no, cada viajero tiene experiencias diferentes. A mí me pidieron el seguro de viaje, pero no me pidieron lo del dinero.

Para conseguir el seguro de viaje adecuado, te sugiero que leas este tutorial: cómo encontrar el mejor seguro de viaje para mochileros

Sin embargo, he aquí un par de cosas que debes de saber:

• El visado gratis a la llegada es únicamente válido para aquellos que lleguen al país en avión por el aeropuerto de Minsk. Si tienes la intención de cruzar la frontera terrestre, tanto sí es para entrar o salir, tendrás que conseguirlo a través de la embajada.
• Tendrás que registrarte cada 5 días (es una antigua regla soviética sin mucho sentido). La primera vez, lo puedes hacer a través de este link, pero después tendrás que ir al Department of Citizenship and Migration – ubicado aquí: 53.934879, 27.608219 – y pagar lo equivalente a 15€. Es un proceso tedioso e innecesario. 

Metro – La forma más fácil de viajar alrededor de Minsk. Un billete cuesta unos 0,65BYR.

La única desventaja era que los de seguridad me miraban la mochila cada vez que cogía el metro, probablemente por mis pintas de moreno, no lo sé, pero es que a la mayoría de la gente no les miraban. Era un rollo.

Tranvía – También hay tranvía y Google Maps te dirá el número que debes de coger al calcular tu ruta.

Autobús – Nunca tuve la necesidad de cogerlo pero como pude ver, el autobús de la ciudad circula en todas direcciones.

Taxi – Te recomiendo que te descargues una aplicación de esas de taxi. Allí usan Yandex, que es como el Uber ruso.

Hay un autobús público que sale cada media hora más o menos y que para en dos lugares de Minsk: en la estación de metro Uruchye y en la estación central de autobuses.

Tren – Desde la estación de tren, se puede ir a prácticamente todas las ciudades grandes del país. Puedes consultar horarios y reservar tus billetes en esta página.

Marshurtka – Conveniente, dependiendo de tu destino. Todos los marshrutkas que cogí salían o bien desde la estación central o desde la de Druznaya, ubicada justo detrás de la estación de tren.

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He oído algún que otro viajero afirmar que no hay mucho qué visitar en Minsk, pero yo opino justo lo contrario.

Si bien es cierto que esta no es una ciudad donde visitar lugares listados por la UNESCO y monumentos tipo Sagrada Familia, Minsk es un verdadero parque de atracciones soviético y una joya para los exploradores urbanos y amantes de los lugares poco convencionales.

Cada color del pin en el mapa representa un día diferente

En tu primer día, te recomiendo visitar la parte más céntrica de Minsk.

Creo que nos tardamos unas 5 horas en visitar todo lo de la lista, terminando el día a base de cervezas en el casco antiguo. 

Construidas poco después del final de la 2GM, estas impresionantes y gloriosas torres gemelas siguen la corriente arquitectónica del estalinismo clásico, y son los primeros edificios que verás si llegas a Minsk en tren y, si llegas en avión, quizás también, ya que este es el lugar donde para el autobús que llega del aeropuerto.

Este es uno de los pocos edificios de antes de la guerra que no fueron destruidos, un edificio hecho con una aparente simetría muy simple, pero impresionante a la vez, y que está vigilado por una estatua del Viejo Camarada, Vladimir Lenin.

Este edificio me recordaba mucho a palacio presidencial de Tiraspol, en Transnistria.

Nyezalyezhnastsi Square (Plaza de la Independencia)
La Casa del Gobierno es el edificio más importante de Nyezalyezhnastsi Square, pero en la plaza también yacen otras edificios estalinistas construidos después de la guerra como el Hotel Minsk (1957), la Oficina de Correos (1953), o la Administración del Metro (1984). Todos muy señoriales.

A diferencia de sus antiguos vecinos soviéticos de Ucrania y Moldavia, la verdad es que no hay muchas iglesias que visitar en Minsk, pero esta en particular me gustó bastante, ya que era muy diferente de cualquier otra que hubiese visitado en Kiev o Chisináu, a parte de que molaba que estuviese rodeada de edificios estalinistas.

Además, esta iglesia romano-católica tiene un poco de historia, y es que fue construida en el 1910, pero los soviéticos la saquearon y convirtieron en un cine después de que Minsk se convirtiese en la capital de la Bielorrusia soviética.

Después, durante la invasión de los nazis, éstos le devolvieron su función original de iglesia pero al finalizar la guerra, los soviéticos la volvieron a convertir en un cine, hasta la independencia de Bielorrusia, cuando fue finalmente devuelta a la Iglesia romano-católica.

Pues sí, estas son las oficinas centrales del antiguo KGB soviético, aunque a día de hoy le cambiaron el nombre a KGB de Bielorrusia, lo que literalmente significa la Agencia de Seguridad del Estado de la República de Bielorrusia.

Según diversas organizaciones de defensa de los DDHH, este KGB no ha cambiado mucho desde la caída de la Unión Soviética, y es que continúan pasándose los derechos humanos por el forro y con sus típicas políticas de represión.

No estoy del todo seguro de si le puedes hacer fotos al edificio, pero teniendo en cuenta su ubicación (súper central), la belleza del edificio, y el hecho de que, probablemente, muchos turistas no sepan que en realidad se trata del KGB, asumo que deben de estar relativamente acostumbrados a que los guiris hagan fotos del edificio, siempre y cuando sea únicamente de la fachada y lo hagas desde el otro lado de la calle, como yo hice.

En mi vida te recomendaría visitar un centro comercial, pero esta vez sí que lo haré. 

GUM son unos almacenes que se encuentran por toda la URSS. La más famosa está en la Plaza Roja de Moscú.

Algunas de estas tiendas han existido como centros de comercio desde el siglo XIX, pero fueron después nacionalizados por la URSS en un intento fallido de democratizar el consumo para la clase obrera.

El de Minsk, sin embargo, fue construido en los años 50 y la arquitectura de su interior te hace viajar en el tiempo de la URSS, a parte de que venden todo tipo de artefactos raros, desde souvenirs hasta ropa ultra-pasada de moda.

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Justo a la entrada de la estación verás un seguido de murales bastante guapos.

Mi favorito era el de los astronautas.

Esta plaza con tanto sentido de vacío fue una de las más dañadas por la invasión nazi y a día de hoy, posee un par o tres de edificios estalinistas importantes, incluyendo el Palacio de la República y el Palacio de la Cultura.

Bielorrusia y su obsesión por los tanques…

El tanque T-34 fue el más producido y usado durante la 2GM, y en la mayoría de ciudades de Bielorrusia te lo ponen encima de un pedestal en plan memorial.

He visto muchísimos circos soviéticos por la antigua república. Casi todos acostumbran a ser masas cilíndricas de hormigón, que molan por lo que representan, pero son feos de coj***. 

El de Minsk sin embargo, se ve eternamente glorioso y es que fue un premio de Stalin a la contribución de Bielorrusia sobre la victoria contra los nazis.

Por desgracia, la plaza estaba en construcción cuando visité Minsk, por lo que no pude sacar buenas fotos, pero esta es la Plaza de la Victoria y el pedazo de pedestal que hay en medio, en cuya cima brilla la estrella soviética, conmemora aquellos que murieron durante la Gran Guerra Patriótica.

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Otra obra maestra de arquitectura estalinista, originalmente construida en los años 30 pero parcialmente reconstruida después de que fuese dañada por los nazis.

Un monumento solemnizador que representa a unas mujeres, mayoritariamente madres, llorando por sus hijos que, o bien murieron o nunca regresaron de Afganistán, durante la guerra soviético-afgana de los años 70.

La guerra ruso-afgana
Por toda la URSS, especialmente en Bielorrusia, Ucrania y Moldavia, encuentras muchísimos memoriales de la guerra afgana, y la razón es porque el conflicto afgano fue una guerra innecesaria que se cobró la vida de decenas de miles de soldados soviéticos, muchos de ellos menores de 20 años, y que durante años, la URSS continuó negando e insistiendo en que no existía conflicto alguno, a pesar de que no paraban de repatriar soldados muertos. Si quieres saber más sobre dicho conflicto, me leí un libro escrito por la ganadora del Premio Nobel Svetlana Alixievitz que recopila decenas de historias – súper jodidas – de testimonios que participaron en la guerra. Está en español.
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Esta es una de las mejores atracciones atracciones que visitar en Minsk: un Kentucky Fried Chicken de apariencia normal y corriente, pero que en cuya fachada lleva esculpido un relieve socialista de los años 60. 

El Viejo Camarada, Vladimir Lenin estaría removiéndose en su tumba si llegase a verlo 🙂

Por lo que dicen, el casco antiguo de Minsk ha sido un lugar para beber desde el siglo XIII, años en los que ya tenía varias tabernas. 

A día de hoy, esta parte de Minsk ha sido reconstruida de tal manera que el lugar ha perdido toda su alma y encanto, y es que no hay demasiada vidilla – como mínimo durante el día – pero siguiendo la tradición del siglo XIII, lo que sí que encuentras son una infinidad de bares de noche, y algunos están muy, pero que muy bien. 

Los que yo personalmente fui son el Pushka (para beber tequila y mezcal), Beercap (cerveza artesanal) y Tiki Bar (más para bailar).

En el casco antiguo también encuentras una de las iglesias más importantes que ver en Minsk.

Si dispones de otro día para visitar Minsk, te recomiendo que le eches un vistazo a un par o tres de lugares bastante guapos fuera del centro de la ciudad.

Esto mola un montón.

El señor Azgur fue un artista bielorruso y uno de los escultores más famosos de la URSS, quien dedicó su vida profesional a esculpir bustos y estatuas de líderes soviéticos.

Por lo que dicen, el tío esculpió más de 1.000 estatuas y en este estudio/memorial poseen un total de 434. Aquí podrás ver un sinfín de Lenins, Stalins y Marxs en todas sus formas y colores

Su pieza más famosa es la estatua original de Stalin que solía alzarse en el centro de la plaza Kastrichnitskaya (la de la República) y que la quitaron pocos años después de que Nikita Jruschov pronunciara aquel famoso discurso que condujo a la desestalinización de la URSS.

La Gran Guerra Patriótica es la manera en que los soviéticos se refieren a la 2GM, ya que fue un conflicto que tenía como objetivo defender a la Madre Patria de la invasión fascista.

El Museo de la Guerra Patriótica de Minsk es gigantesco, increíble y súper visual, y exhiben desde tanques hasta montones de vídeos y fotos, poniéndole mucho énfasis en la invasión nazi de Bielorrusia.

Tanto el edificio del museo como las afueras está plagado de símbolos y monumentos de la guerra, por  lo que vale la pena acercarse aunque no te guste entrar a museos.

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Pocos viajeros conocen este lugar y yo me enteré de casualidad porque conocí a un periodista local quien estaba absolutamente en contra de todo lo que tenía que ver con el antiguo régimen, así que me recomendó visitar este memorial y pagar mis respetos a las víctimas de un líder que a menudo, es blanqueado por una parte importante de la población – vamos, que a lo Francisco Franco.   

El memorial está formado por cientos de cruces repartidas a lo largo un bosque místico.

Se puede llegar fácilmente en tranvía más una caminata de 2km.

Para hacer algo diferente y, por diferente, me refiero a algo que no sea comunista, vete a la Biblioteca Nacional, un edificio del siglo XXI y una obra arquitectónica con forma de diamante.

Por poquito dinero, puedes subir al 22º piso para contemplar las vistas de 360º.

Antes de que anochezca te sugiero que vayas a la calle Kastrychnitskaya, el distrito en donde anda la juventud moderna de Bielorrusia, una zona llena de arte callejero, galerías de arte y bares hipsters.

Para mí, lo más interesante era el busto de Lenin con un grafiti hipster a sus espaldas.

Como dije al principio, Minsk es un parque de atracciones soviético, así que si no tuviste suficiente, te animo a explorar las afueras de Minsk, donde encontrarás joyas soviéticas bastante diferentes a la arquitectura estalinista y señorial del centro.

Lee: Cosas raras qué hacer en Bielorrusia

El mural soviético de la estación de metro Frunzienskaja – Uno de los mejores murales comunistas que jamás haya visto. Transmite, con muchísima fuerza, el poder la clase obrera.

Cine Moskva – Este cine de forma rara y compuesto de mucho hormigón es bastante interesante de ver. Fue construido en los 80.

Palacio de los Deportes – Construido a finales de los 60, el Palacio de los Deportes tiene una forma muy asimétrica. Aquí se celebran acontecimientos deportivos importantes.

Centro de Exhibición Nacional – Otro edificio ultra-raro. Desconozco su historia, pero vale la pena hacer el camino para visitarlo – está a unos cuantos km alejado del centro. 

Traktarny Zavod – La Fábrica de Tractores es una de las industrias más importantes de Bielorrusa, produciendo más de 3 millones de tractores al año, dando trabajo a más de 20,000 trabajadores. La empresa fue establecida en el 46 y por si te lo estás preguntando, no se pueden visitar sus instalaciones, pero justo fuera de la fábrica, hay un parque con propaganda soviética relacionada con los tractores. La fábrica tiene estación de metro propia y no está muy lejos del centro.

Estos son los 4 lugares que visité desde Minsk

Un castillo muy bonito del siglo XIII-XV que sirvió como residencia para la familia Radziwill, una familia noble de origen lituano.

Cómo llegar al Castillo Nesvizh desde Minsk – Nesvizh está a 120km y para llegar, puedes coger un tren a una aldea llamada Haradzeya, para después coger un marshrutka al pueblo de Nesvizh.

Lugar listado por la UNESCO, el castillo de Mir es otra magnífica fortaleza relacionada con la misma familia Radziwill,  y que está a tan sólo 30km de Nezvish.

Cómo llegar al castillo de Mir desde Minsk – Para llegar allí, puedes coger un autobús que va a Novogrudok.

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Increíblemente brutal.

La Línea de Stalin solía ser la frontera entre la URSS y el resto de Europa y, antes de la 2GM, esta frontera estaba en Minsk, ya que en aquel entonces la zona al oeste de Bielorrusia no formaba parte de de la URSS.

Bueno pues lo que han hecho ha sido convertir la vieja aduana en un museo al aire libre y, entre muchas otras cosas, aquí puedes ver una recreación de la frontera, la única estatua de Stalin que existe en una zona pública, búnkers, un sinfín de tanques – tanto soviéticos como nazis – y disparar con una amplia variedad de armas distintas.

Cómo llegar a la Línea de Stalin desde Minsk – Necesitas ir a la estación de autobuses de Druznaya, justo al otro lado de la estación de tren. Una vez estés allí, tendrás que coger un marshrutka hacia Maladzyechna y decirle al conductor que quieres bajarte a Lenina Stalina  (Línea de Stalin).

La única desventaja es que no disponen de información en inglés, así que si quieres sacarle el máximo partido a tu visita, considera reservar un tour.
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Khatyn fue una aldea bielorusa que fue atacada por los nazis y que cuyos habitantes quemaron vivos, incluyendo a los niños.

A día de hoy, Khatyn ya no existe pero han convertido el lugar en un memorial gigantesco en donde han recreado las 26 casas que fueron construidas, además del lugar exacto donde los aldeanos fueron quemados. 

Khatyn es, sin embargo, una de las 618 aldeas que fueron destruidas por los nazis.

Es un lugar sumamente triste, pero que hay que visitar.

Cómo llegar a Khatyn – Es un poquitín complicado, pero lo que yo hice fue ir a la Estación Central de Autobuses y allí me subí a un autobús con dirección a Vitebsk. Le dije al conductor que quería bajarme en la intersección de Khatyn, que estaba a unos 6km andando del memorial.

El memorial no contiene información en inglés, así que para sacarle provecho a la visita, considera ir en una excursión organizada.
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