7 Cosas ultra-raras qué ver en Bielorrusia
Bielorrusia – que significa la Rusia Blanca – es uno de los países menos visitados, y por lo tanto insólitos, de toda Europa.
Se trata de la última dictadura del continente europeo, presidida por Alexander Lukashenko, un nostálgico de la Unión Soviética que lleva liderando la nación desde incluso antes que cayera la URSS, y razón de más por la que todo el país está lleno de símbolos comunistas honrando al antiguo régimen y a la Gran Guerra Patriótica, que es como los soviéticos solían llamar a la Segunda Guerra Mundial.
Así pues, Bielorrusia es un destino particularmente único y lleno de atracciones totalmente bizarras que no existen en ningún otro lugar.
Nos recorrimos el país durante dos semanas y en este artículo quería enseñarte una lista de las cosas más raras que vimos e hicimos en Bielorrusia.
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7 Cosas particularmente inusuales qué ver y hacer en Bielorrusia
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He aquí todo un seguido de cosas raras.
Visitar la antigua frontera de la Unión Soviética
En los años 20, los soviéticos decidieron construir una serie de fortificaciones y sistemas de defensa a lo largo de su frontera oeste con el fin de defenderse de ataques potenciales provenientes de Europa.
Dicha frontera la bautizaron como la Línea de Stalin y en su día, dichas fortificaciones sirvieron – aunque sin éxito – para defenderse de la invasión de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Bueno pues el Gobierno de Lukashenko ha decidido transformar un tramo de la Línea de Stalin en una locura de museo al aire libre en donde puedes visitar búnkers, andar por las trincheras, pasearte por la alambrada que solía ejercer de línea divisoria, y hasta disparar con una serie de armas de la época, incluyendo una de muy grande que escupe bolas de fuego y que te dejan dispararla contra un tanque.
Además, el museo alberga una exposición de armamento de todo tipo, con infinidad de tanques, tanto soviéticos como nazis y además, para que entres en ambiente, de los altavoces no para de sonar Katyusha, una de las canciones más famosas y nostálgicas de la Unión Soviética.
Aunque sea un lugar tremendamente propagandístico, la Línea de Stalin es de visita obligatoria y uno de los lugares más entrañables qué visitar en Bielorrusia.
Comer en un restaurante ambientado en la Unión Soviética
Este lugar nos pilló por sorpresa.
El dueño del apartamento que alquilamos en la ciudad Brest nos había recomendado un restaurante llamado Kafe Gagarin, donde supuestamente servían buena comida local.
Después de pasarnos semanas viajando por Ucrania, Moldavia, y después Bielorrusia, la verdad es que no teníamos muchas expectativas, más que nada porque la comida no varía mucho y ya habíamos probado de todo, pero por sorpresa la nuestra, lo que nos encontramos fue un restaurante recién inaugurado que buscaba resucitar los tiempos de oro de la Unión Soviética.
Recortes de periódicos, figuras políticas y hasta un póster vacacional soviético, Kafe Gagarin era un mini-parque temático de la URSS con el mismísimo Yuri Gagarin como estrella principal, el primer hombre en jamás viajar al espacio exterior (1961) y uno de los héroes nacionales más respetados de toda la antigua Unión Soviética.
Las camareras también van vestidas de la época, hasta los muebles también lo son y por supuesto, en el menú tenían todos los clásicos, comida además de súper buena calidad, y yo te recomiendo que pidas borsch, pelmeni y los dranikis.
Visitar una aldea quemada y destruida por los nazis
Un lugar que te conmocionará, soliviantará, pero que te hará aprender y empatizar con las víctimas de la Gran Guerra Patriótica.
Bielorrusia es un país que sufrió la invasión de las nazis de una manera catastrófica y Khatyn fue una de las muchas aldeas destruidas por el ejército de Hitler y por destruida me refiero a que fue quemada juntamente con sus habitantes, a quienes no dudaron en prenderles fuego vivos, incluso a los niños.
Las autoridades bielorrusas han transformado Khatyn en un gigantesco memorial en donde representan todas las casas que fueron quemadas, con su tamaño y posición original, y unas campanas que van sonando cada pocos minutos con el fin de conmemorar a las víctimas.
Khatyn te pone los pelos de punta, pero es uno de las cosas más interesantes qué hacer en Bielorrusia.
Comer en la cadena de comida americana más soviética del mundo
Parece una contradicción, pero no lo es.
La ciudad Minsk, que a pesar de ser una ciudad repleta de símbolos comunistas, es una metrópolis como Dios manda totalmente globalizada donde existe un Kentucky Fried Chicken (KFC) en cuya fachada hay un relieve comunista esculpido de los años 60.
Al camarada Lenin se le caerían las lágrimas si llegase a verlo.
La verdad es que el dueño del restaurante fue bastante listo en escoger aquella ubicación y es que lo ha convertido en uno de los KFC más famosos del mundo.
Sacarte una foto con el busto más grande del mundo
Brest es una ciudad fronteriza con Polonia, donde yace una fortaleza que en su día ejercía también de frontera de la Unión Soviética con el resto de Europa, pero que fue tomada y destruida por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Según leí, durante la invasión, la fortaleza estaba todavía en fase de construcción, algo que facilitó la entrada de los alemanes quienes después atacaron y entraron la Línea de Stalin.
La fortaleza la han convertido en otro memorial soviético y en el centro han construido un pedazo de busto de más de 20 metros llamado el »Monumento del Coraje» que simboliza un soldado cualquiera del Ejército Rojo.
Ver las únicas estatuas de Stalin supervivientes
En 1956, el que era entonces líder la Unión Soviética, Nikita Krushchev, publicó un informe en el cual contaba y probaba todas las atrocidades de su antecesor Joseph Stalin hacia la población soviética.
Aquel informe y posterior discurso marcaron un antes y un después en la URSS y es que desencadenó un proceso conocido como desestalinización, que consistía en quitar todos aquellos elementos que le rindiesen homenaje o culto a la figura de Stalin, y esto incluía todas sus estatuas.
Esta es la razón por la que ya no se ven estatus de Stalin cuando se viaja por los países de la antigua URSS, menos en Bielorrusia, donde todavía se pueden ver unas cuantas.
En el Stalin Line por ejemplo, tienen un pedazo de busto de Stalin que además está lleno de flores y en el estudio de Zair Azgur hay como mínimo cinco, quizás más, incluyendo la mismísima estatua que se alzaba en la Plaza Kastrichnitskaya, una de las plazas más céntricas de Minsk, y que en vez de deshacerse de ella, decidieron guardarla aquí para que estuviese a salvo.
Visitar la zona de exclusión menos visitada de Chernóbil
La Central Nuclear de Chernóbil se encuentra en Pripiat, una ciudad de Ucrania al norte de Kiev, pero poca gente sabe que debido a la dirección del viento, tres cuartas partes de la radiación fueron a parar directamente a Bielorrusia, contaminando un 25% del territorio del país.
Bielorrusia es quien sufrió las mayores consecuencias del desastre nuclear, algo que parece habérsele olvidado al resto del mundo y es que todas las ayudas y visitas relacionadas con el desastre se las queda Ucrania, pero en Bielorrusia, hay una zona de exclusión gigantesca de la que evacuaron un total de 2.000 pueblos y aldeas.
Se puede visitar la zona de exclusión en una visita guiada.
Lee: Cómo visitar Chernóbil de una manera responsable
Mírate este vídeo de este inglés visitando la zona de exclusión por su cuenta:
Más información para visitar Bielorrusia y la región
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